Cuando llegamos allí eran las 00 de la noche portuguesas, dejamos las mochilas en el apartamento y nos fuimos a ver el pueblo y a tomar algo, todo lo que había allí era precioso, la capilla, las calles , todo era especial, transmitia algo mágico.
Al día siguiente por la mañana se celebraba el campeonato de olas grandes, el cual fuimos a ver.
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